Con su sabiduría china me hizo saber que el problema de la
vagina, que para el cirujano era la cicatriz de la histerectomía, era lo de
menos, porque eso me lo podían raspar sin problemas. Lo que le importaba a él -y era el objetivo del tratamiento que
hemos empezado- es atacar los ganglios inflamados. Al contrario de lo que opina
mi cirujano: “que no son nada”, el
doctor Pum sí les da importancia y está seguro de poder controlarlos.
Yo que pensé que tomaba las hierbas y hacía la dieta
vegetariana y sin hormonas como una precaución, ahora, recién me doy cuenta que
estoy peleando una nueva batalla contra el mismo enemigo pero con otras armas.
Saber esto me ha sorprendido. No estoy viviendo un tiempo de
convalecencia de los efectos de la quimio, estoy EN TRATAMIENTO, con todo lo
que esto implica. Para que me entiendan bien, si estoy en tratamiento, estoy en
pie de guerra, es decir hay un enemigo en el frente del cual me debo defender.
Para mi doctor chino, no es una posibilidad, está ahí y lo vamos a derrotar.
Yo había optado por creer a mis médicos oncólogos y aunque
el panorama de esperar hasta agosto para ver qué pasaba con la nueva resonancia
era estresante, me daba un respiro. Durante tres meses iba a dejar de pensar en
mi enemigo. Pensé que estaba viviendo un periodo de tregua y me entregué a él
sin más, con fe en la medicina occidental.
Aun estoy aturdida por la noticia. Esto de no esperar tres
meses con los brazos cruzados para prevenir un posible avance de la enfermedad
(en caso de que los ganglios no estuvieran inflamados por otra razón) se ha
transformado en “…sigues en tratamiento, Miski”.
Es curioso, para la medicina occidental un ganglio inflamado
que mide menos de 1 cm no se considera cáncer. Si crece, entonces hay que preocuparse.
Si no crece no hay forma de saber si es o no es cáncer a no ser que te lo extirpen.
Pero como los míos están en zonas difíciles de llegar, la solución es esperar.
El método de diagnóstico es esperar a ver si crecen, para poder detectarlos con
un petscan (que no detecta lesiones de menos de 1 cm) y entonces, recién se da
el tratamiento.
En cambio para la milenaria medicina china, el tamaño es lo
de menos. Ellos sí pueden controlar lesiones de menos de 1 cm. Es más, según me
he informado, las hierbas chinas funcionan mejor con tumores pequeños. Así que no
puedo estar en mejores manos.
El doctor Pum me hizo saber también que cada vez me va a
aumentar más las medicinas. Ahora ya no solo voy a tomar las hierbas sino
también unas pastillas que se llaman Anticancerlín, que tienen las mismas
hierbas que ya tomo más una más que no está disponible en Perú.
Anteanoche, tomé las pastillas pero me sentí mal, empecé a
toser y a sentirme intoxicada. El vientre se me abalonó y me asusté, pero todo
se pasó en unos tres minutos. Pero no me he atrevido a tomar la siguiente
dosis.
Hoy tendré que consultar al doctor al respecto. Espero no
ser alérgica a este medicamento. Realmente espero que no sea así.
Señor, gracias por
poner en mi camino a un representante de la medicina milenaria china. Dame fe y
perseverancia para seguir sus indicaciones al pie de la letra. Te pido también
un poco más de paz interior para aceptar este nuevo escenario de lucha con la fortaleza
necesaria.