martes, 14 de agosto de 2012

Celebremos la vida!!!!

Hoy estoy feliz, con muchas ganas de celebrar que mis resultados del control fueron excelentes!!!!!

El asunto de los nódulos peritoneales ya está superado, ni se les ve en la resonancia… Hasta los ganglios inflamados dejaron de ser una amenaza para el médico que interpreta las imágenes. Ya no miden 1 cm. sino 0.6 cm. Es decir,  valió la pena la dieta vegetariana y las hierbas chinas.

Otra buena noticia, mi hemoglobina subió a 13.3 así que estoy lista para reintegrarme a mis labores.
Ahora solo falta ver un asunto de las transaminasas que han salido un poco altas, pero eso ya es secundario…

Como decía estoy con ganas de celebrar…!!! Motivos me sobran…!!

Gracias, Señor, por las buenas noticias, por los médicos preocupados que hacen un seguimiento minucioso de tu caso. 

domingo, 5 de agosto de 2012

La tentación de la carne


El martes 13 de agosto tengo mi control de los primeros tres meses, después de la quimioterapia.

Desde hace una semana vengo experimentando todas las formas de somatización de mis temores y ansiedades. Me dio diarrea sin razón aparente, se me rajó la comisura de los labios y, lo peor de todo: tengo un cansancio infinito. Hay días que siento que, si no me echo a mi cama, me caigo. Y, sin más me desplomo y me desconecto del mundo por un par de horas, con el televisor encendido, o un buen libro caído de las manos.

Tal vez haya abusado de mi buena condición física. Primero me fui a Ayacucho, en un viaje relámpago de tres días pero por carretera. Luego vinieron las fiestas Patrias, de ahí me puse al día con la feria de Libro y fui en tres oportunidades a recorrerla de un extremo a otro.

Como estoy haciendo dieta vegetariana, tal vez haya descuidado la alimentación, una cosa es no comer carne y otra nutrirte con lentejas, frejoles, quinua y demás. Yo he estado comiendo causa, arroz chaufa, fideos, en fin… Creo que me he descuidado y mi hemoglobina ha bajado.

¿Y cómo sé que me he descuidado? Porque reconozco esta debilidad. Hasta tengo ganas de comerme una hamburguesa o una carne a la parrilla. Ayer no aguanté. La situación era extrema. Había llegado de un encuentro con niños en Pachacámac y tenía que recuperar fuerzas porque tenía un matrimonio por la noche. Entonces, me debatía entre no pecar pero seguir débil o pecar y recuperar mis fuerzas. 

Rápidamente, cedí ante la tentación de la carne y me despaché un Lomo a lo Pobre (que vino con arroz, papas fritas, un plátano frito y un huevo frito). Para no dejar huella me terminé la carne y el huevo rápidamente y dejé la parte vegetariana para el final, como si mi médico fuera a aparecer en cualquier momento a hacerme un ¡ampay!

Hoy he vuelto a las lentejas y acabo de tomarme una especie de ponche de quinua con manzana. Espero sentirme mejor y que de aquí al martes, (es decir, en dos días) mi hemoglobina suba, porque sino ya me imagino a mi oncólogo resondrándome por lo de la dieta vegetariana. ¡No quiero ni imaginármelo!


Señor, gracias por los alimentos nutritivos que pueden recuperar nuestro estado de salud mágicamente. Gracias por la quinua, las lentejas, los frijoles, los espárragos, las betarragas y las frutas secas.

No hay mamografía sin trauma


Trato de evaluar qué es lo peor: ¿la mamografía o el tacto rectal? 

(Y pienso en los hombres – todos ellos cobardes- que no quieren hacerse el examen de próstata por miedo al tacto rectal).

Sin lugar a dudas, la mamografía es peor.

El tacto rectal es solo un momento desagradable. Tome aire, dice el médico y al instante los ojos se te están desorbitando, pero ahí queda todo. A las mujeres nos hacen tacto rectal cuando somos vírgenes y cuando el doctor quiere palpar tus ovarios, tu útero o tu colon. Pero las mujeres sufrimos en silencio y nadie dice nada. Bueno, ir al ginecólogo nunca ha sido divertido para nadie pero ese es nuestro destino.

La mamografía en cambio, consiste en cuatro apachurradas a tus encantos. Dos apachurradas por lado.

El doctor me había ordenado una mamografía bilateral, me aconsejó que pidiera mi carta de garantía con tiempo y yo, lo hice como 30 días de anticipación. Llamé un par de veces para ver que todo estuviera bien y cuando llego al centro médico  me dicen que tengo que pagar un poco más de 120 dólares.  Le explico a la recepcionista que he tramitado mi carta de garantía y que tengo cobertura al 100%, entonces me llevan a un cuartito minúsculo con dos puertas, por una se ingresa y por la otra se sale directo a la zona de tortura.

La enfermera me indica que me saqué todo de la cintura para arriba y me ponga la batita con la abertura hacia adelante. La batita tenía pega-pega para unir los lados y la abertura del medio se unía con unas cintitas que dejaban medio pecho al aire.

Estaba yo en los afanes de taparme con la batita, cuando la recepcionista viene a decirme que tengo que pagar, porque mi carta de garantía ha sido rechazada… No alcancé ni a preguntarle por qué, cuando por la otra puerta aparece otra enfermera  a decirme que ya tengo que pasar.

Yo reclamé:

-Yo no tengo que pagar, yo puedo sacarme una mamografía anual sin costo con mi seguro…

-Pero no le cubre la mamografía 2D o 3D- respondió la enfermera. ¿Y quién ha pedio una 2D?, pensé en silencio.

-Le podemos tomar una 2D por US$ 75 o una 3D por US$ 124… ¿cuál se va a tomar?

-Yo qué sé- atiné a decir, atrincherada en el cuartito- hay que consultarle al doctor. El solo ha puesto mamografía bilateral.

Estaba empezando a decir que me iba a cambiar, cuando la recepcionista vino con la oferta final del doctor:

-Le tomaremos la 3D por el precio de la 2D, incluido no sé qué estudio adicional…

Decidí ser flexible y pagar, pensando que tal vez el doctor quería estar “seguro” de que todo andaba bien con mis mamas y no tener sorpresas.

Antes de que pudiera arrepentirme ya me estaban tomando los datos de la historia clínica:

-Fecha de su última regla…

-En 1997, que me hicieron histerectomía

-Usted  tuvo cáncer de ovario ¿en qué año?

-93

-¿Y le hicieron?

-Quimio

-Y el cáncer de endometrio?

-En el 97

-¿Ahí le hicieron la histerectomía?

-Y ahora su control es…?

-Por unos nódulos peritoneales

-Y le han hecho cirugía y quimioterapia

-Sí

-¿Algun familiar con cáncer de ovario?

-Mis dos hermanas.

-¿Algún familiar con  cáncer de colon?

-Mi mamá

-¿Algún familiar con cáncer de mama?

-Sí, una de mis hermanas

-¡Una que ha tenido ovario y mama??!!

-Sí - respondí con total naturalidad, mientras que daba tiempo a mi mente de procesar que había sido una buena decisión que me tomaran la mamografía 3D por el precio de 2D ¡Una ganga!!!

La enfermera a cargo me oscultó los senos y las axilas y dijo:

-Aquí hay una mama supernumeraria, mientras señalaba con su índice a ese gordito que se forma justo entre el borde del brasier y la axila.

-¡Qué es eso? – pregunté aturdida

-Eso tenemos todos los mamíferos- me respondió secamente- Ya no quise preguntar más porque por fin entendí porque ese gordito nunca desaparecía aunque bajara de peso o hiciera ejercicio.

Luego de aguantar las cuatro apachurradas estoicamente, me indicaron que esperara al médico especialista que me iba a entrevistar, pero al medio minuto me dijeron que ya podía cambiarme.

Entonces vi al doctor que se acercaba diciendo en voz alta:

-Todo está normal, está más que normal ¡Felicitaciones!”

Y normal, nomás me hicieron pagar 75 dólares sin necesidad…


Señor, bendice a los médicos y científicos que desarrollan tecnologías más precisas para el diagnóstico y que pueden salvar muchas vidas con el diagnóstico precoz. Pero protégenos de las enfermeras alarmistas que agregan más terror a un momento, ya de por sí, bastante tenso.