Alguien me envió un power point sobre unas supuestas
predicciones de la Nasa para el 2012. Hablaban de diciembre del 2012 como fecha
para un cambio trascendental de la tierra y de la humanidad…
Más allá de si será cierto o no, lo que yo pensé fue “el fin
del calendario maya marca el 21 de diciembre, eso aún está muy lejos”. Primero
tengo que acabar mi tratamiento, que son seis sesiones cada tres semanas, es decir
un periodo de 18 semanas, del cual ya voy por la mitad. Es decir me faltan 9
semanas más.
La última sesión de quimioterapia me la pondrán el 26 de
abril, el día de mi cumpleaños # 50 ¿puede haber una mejor señal? Pienso
celebrar –aun no he definido cómo- cuando tenga los resultados finales que
serán al cabo de dos semanas más, si no entendí mal y no son dos meses más.
Esto quiere decir que mis proyecciones van a muy corto plazo:
qué voy a comer hoy, qué pastilla debo
tomar, cuándo me toca el análisis, qué día tengo la cita con el médico, cuándo
me ponen la quimio. Son muchas cosas pequeñas que marcan la agenda. Incluso debo
planificar qué día estoy visible para mis amigos, para que siempre me vean
bien.
Los primeros cinco días pos-quimio son impredecibles, mejor
reunirse a partir del sexto día pero no más allá del día 10 porque las defensas
están bajas y me puedo contagiar de
algo, a partir del día 14 ya estoy más recuperada pero tampoco puedo hacer
mucho trajín porque perjudico a la recuperación de mi organismo.
Cada día es complejo, hay que racionalizar la energía, no tengo las mismas fuerzas que antes, me canso. Hago algo, descanso, hago algo más y descanso. Cuando te sientes bien se pasa volando
pero cuando no, te das cuenta que cuenta
con 24 largas horas hasta que llega un nuevo día, una nueva esperanza.
¿Cuántos
días quedarán hasta el 21 de diciembre? No he hecho el cálculo ni me importa. Mi cuerpo, mi espíritu y mi alma están viviendo su propio
cambio de era, de la era de la “salud-agredida” a la de la
“salud-restablecida”. No sé si mis células mutarán a fotones o lo que sea, lo
único que sé es que las células buenas deben derrotar a las malas y punto.
Eso es lo único que tengo en mi mente por el momento, y no
estoy atravesando ningún fin del mundo, en todo caso es un nuevo empezar. Cuando llegue el 21 de diciembre, seguramente estaré haciendo planes para la Navidad,
ya veremos qué pasa con las profecías mayas. Todo a su momento.
Señor, gracias por
cada día que trae consigo 24 horas de lucha contra el enemigo en mi organismo.
Yo pensaba que mi cuerpo solo era el campo de batalla, pero ahora me doy cuenta
que bajo tus órdenes yo (con mi cuerpo.alma y espíritu) puedo y debo ser la comandante general. Dale fuerza, sabiduría
y sentido común a esta guerrera para defenderse con todas su fuerzas y armas
disponibles.