jueves, 18 de abril de 2013

¡Voy por dos!!!!

Ayer me pusieron el refuerzo de mi cuarta quimioterapia, hoy tendré la sesión de hidratación. ¡Ya sólo me quedan dos más!!!!

Debo reconocer que el doctor ha establecido una dosis óptima, porque los estragos son mínimos.

El mayor malestar de esta última quimio ha sido el reflujo. Felizmente me agregaron un medicamento extra a la hidratación y me recetaron Dislep para la casa cada 12 horas y con eso se contuvo.

Otra molestia que he sentido me la producen las vacunas de Filgrastín, básicamente sensación de fiebre y dolor de huesos que me obligan a tumbarme a descansar, pero se trata de un sacrificio de cinco días a cambio de que mis leucocitos suban y resistan los medicamentos  para poder recibir el refuerzo  que termina por tumbarlos pero en límites tolerables.

Realmente no tengo de qué quejarme, como bien, me doy gustitos cada vez que mi cuerpo me lo pide y le he perdido el miedo a la diarrea. Ahora sé que la diarrea me va a acompañar como o no coma, o dicho con mayor precisión, coma dieta o no. Siempre tengo a la mano una bebida con electrolitos y así voy  tolerando mejor ese cansancio tremendo que me puede llegar a producir.

Como me he sentido tan bien, estoy pensando cómo voy a pasar mi cumpleaños, tal vez me anime a hacer algo, tal vez un almuercito familiar, algo íntimo pero con alegría. Justo esa semana descanso de la quimio, así que tendré energías y buen apetito. El año pasado me pusieron mi última quimio justo para mi cumpleaños número 50 y aunque estaba feliz porque ya terminaba el tratamiento, tuve que dejar de celebrar como me hubiera gustado. Ya habrá ocasión más delante de celebrar a lo grande.

Por ahora ando ocupada penando en cambiar mi auto por uno automático porque manejar es realmente una tarea ardua. El timón me pesa, el freno y el embrague me cansan, mis reflejos andan lentos. De momento no manejo, me movilizo en taxi-remisse. Tengo un amigo que lleva, me trae, voy feliz en un auto nuevo con aire acondicionado y todo. Me siento como una reina, como la reina que soy…

También tengo la mente ocupada en escribir, en soñar y desarrollar proyectos que me puedan servir a futuro. En estos días tengo muchas ideas, quiero hacer muchas cosas como Miski Guerrera, quiero colaborar con mi granito de arena. Y además están los trámites laborales, presentar los documentos para el descanso médico y estar pendiente para que no me vaya a dejar sin mis haberes en el trabajo. El mes pasado no me pagaron algunos días y este mes me tienen que reintegrar.

Anoche, me fui a acostar muerta de cansancio. Me tendí en la cama, me relajé  y reconocí la sensación. ¡INSOMNIO!!! El cuerpo agotado y la mente despierta bullendo a mil por hora. Luché contra el insomnio con mis aceites relajantes (Oleo 32 de Just), ejercicios respiratorios, etc. pero fue en vano. A la 1.30 de la madrugada ya me encontraba explorando las redes sociales, revisé mis correos pendientes, organicé mis pendientes, hasta que ala 3.30 am ya estaba lista para dormir. La mente estaba ligeramente aletargada pero mi cuerpo ya no daba más.

Este insomnio no es producto de mis angustias personales, es efecto de la Dexametasona que me colocan. Es un Insomnio diferente. Es un estado de aceleración especial, tengo mucha mayor lucidez que la habitual. La Dexametasona es una droga que sirve para muchas cosas, pero yo siento claramente que estoy drogada. Voy a pedir que me revisen la dosis, no vaya a ser que me acostumbre al avivamiento de la Dexametasona que es mil veces más potente que el café (que no consumo hace años) o la coca-cola.

Ahora estoy pagando las consecuencias. El efecto ya pasó. Acabo de terminar el desayuno y tengo que volver a la camita porque se me cierran los ojos.

 

Señor, gracias por este tratamiento que tolero como si fuera el más benigno. Gracias por la fuerza y coraje que me das para ayudarme a mi misma y ayudar a los que me rodean. Bendice a todo el equipo de quimioterapia, a las enfermeras, las técnicas, la doctora que revisa nuestro caso cada día de tratamiento.  

 

 

martes, 9 de abril de 2013

¡Buenas Noticias!!

Me volvió el alma al cuerpo.

“Son buenas noticias”, me explicó el doctor C luego de revisar pacientemente las 14 láminas de mis resonancias magnéticas.

El primer nódulo el más antiguo no registra contraste, es decir, se trata de una cicatriz. De los dos nuevos que me detectaron en noviembre pasado, uno ha desaparecido y el otro registra una huellita que el doctor también interpreta como cicatriz.

Mi mente no reaccionaba escuchaba pero no entendía si decía que habían desaparecido o que habían crecido. Cuando dijo “son buenas noticias”, entonces, por fin salí del aturdimiento. “Por lo menos no hay nada nuevo”, balbuceé, demostrando el mayor de mis temores.

“Está todo bien pero vamos a continuar nuestro plan original”, agregó el doctor C. Me puse feliz de que me pusiera nuevamente la quimio. Me faltan tres sesiones más, es decir faltan 63 días para terminar el tratamiento. Yo solo pensaba en que en la siguiente resonancia magnética no aparezca ni la cicatriz. Si tengo que pasar tres quimios más, no me interesa. Si tengo que volver a las hierbas chinas o hacer una dieta baja en calorías, sin carne, sin dulces… estoy dispuesta a hacerlo.

En el fondo de mi corazón y mis pensamientos tortuosos, yo estaba aterrada de que la dieta  proteínica con tanto cuy, hígado, carne, leche, huevo, etc. hubiera alimentado las células cancerosas y me llevara alguna sorpresa.

Ayer salí a celebrar, me fui al cine y luego a darme un atracón de fajitas de pollo. Con gusto me habría tomado una Margarita Presidente, pero recordé –felizmente- que debo cuidar mi hígado para que aguante.

Hoy será un día agitado. Debo terminar todos los pendientes, comprar mis golosinas saludables, coordinar la movilidad para que me lleven y me traigan (felizmente es un amigo que ha puesto su servicio de taxi) preparar la dieta, ir al banco, conseguir billetes chicos para pagar a la señora que me pone las  vacunas, etc. Ahora sí, ¡ estoy feliz!!!


Señor, muchas  gracias, por las buenas noticias. Muchas gracias por este magnífico regalo que me das. Bendice al doctor C, al doctor M y a todo el equipo de médicos, enfermeras y auxiliares que están pendientes de mi mejoría. Bendice a mis amigos y a mi familia también.

domingo, 7 de abril de 2013

Mañana es el día…

Se preguntarán por qué no he escrito… He estado aturdida tratando de no pensar en los resultados que me entregarán mañana en mi control con el oncólogo. En momentos así los nervios te traicionan. Al menos a mi me da un hambre que podría comerme un caballo. He comido tanto que he estado al borde de la indigestión varias veces.

Tengo fe en que mañana todo saldrá bien y comprobaremos que la radioterapia dio resultado y ya no hay huella de los nódulos. Pero al mismo tiempo me da pánico de que me encuentren algo más. Yo no soy consciente del pánico pero sí reconozco sus señales.

No puedo poner en orden mis ideas, así que trato de distraerme con algo de jardinería, con mucha televisión y lectura de libros infantiles. No tolero historias tristes ni estresantes.

Mañana les contaré como fue y seguramente reconoceré que es un momento de debilidad y que no debo flaquear en mi fe. Pero yo me perdono, tengo derecho a este desliz… no soy un robot. Tengo temores, miedos, angustias pero por suerte también tengo amigos y amigas, familiares y muchos ángeles alrededor mío.

 Señor, dame valor, coraje y fortaleza para acudir a mi cita y no morir en el intento.