Ya van a ser casi dos meses que terminé la quimio y empecé
mi régimen de nutrición.
El cuerpo es una maravilla, ya voy venciendo ese cansancio
abrumador.
Al principio cuando salía
a caminar por media hora, volvía a casa y tenía que dormir una siesta de 2 ó 3
horas para recuperarme porque había quedado extenuada. Ahora, he aprendido un truco.
Antes de salir a caminar como una fruta dulce para tener energía y no
desfallecer. Está dando resultado. La siesta que es obligatoria, todavía, se ha
reducido a una hora u hora y media a lo mucho. Es decir ahora puedo hacer algo
en la mañana y algo por la tarde.
En cuanto a la dieta para bajar los siete kilos extra, está
dando resultado en medidas pero no en peso, si la hacemos caso a la balanza
tendría que decir que he subido medio kilo. La nutricionista trató de darme mil
razones para no traumarme por subir de peso en vez de bajar… Me dejé convencer
con el argumento que señala que mi grasa se está transformando en músculo y eso
es lo que pesa… quiero creer que es así.
La idea es eliminar la grasa como medida de precaución para
evitar una recaída del cáncer. La nutricionista me ha prohibido tajantemente
las gaseosas (yo estuve tomando gaseosa durante la quimio porque me daba
energía), me ha permitido comer un poquito de chocolate con tal que deje la
gaseosa y los azúcares. Ahora estoy endulzando con estevia. No más enlatados ni
comida envasada, todo natural. Puedo comer un pan en la mañana y un
carbohidrato en el almuerzo pero por la tarde ya no. Así que bienvenidas las
ensaladas y las nuevas recetas que me han entregado.
Ahora ando metida en la cocina, empiezo temprano con el extracto
verde y luego del desayuno, dejo todo listo para mi ensalada del día. Con cinco
comidas al día, no hay forma de evitarlo. Yo misma he preparado el souflé de
alcachofas y el ratatouille con zapallito italiano y berenjenas. Todo sea por
comer sano y rico.
No me quejo, lo disfruto. Pero esto es posible porque,
gracias a Dios tengo tiempo libre para hacerlo. ¿Cómo haré después cuando
vuelva al trabajo? Tendré que trabajar menos horas para mantener el ritmo.
Pero eso de volver al trabajo lo veo aun muy lejano…
Gracias, Señor, por la
sensación de bienestar que acompaña a la recuperación. Tú me diste las fuerzas
para superar el tratamiento, ahora me das la perseverancia para salir adelante
con la dieta y el ejercicio.