martes, 5 de noviembre de 2013

PATATÚS!!!

Hace casi dos meses que volví a trabajar, luego de ocho meses de descanso médico y ya necesito vacaciones.

Ha sido muy iluso de mi parte pensar que voy a volver a ser la misma, ilusos también mi médico y mis compañeros de trabajo. Contra todo mi espíritu luchador y optimista me tengo que conformar y aceptar que NO soy la misma de antes- al menos por ahora y entiéndase ahora como un prolongado presente-.

Mi hígado ha quedado muy sensible y al menor contratiempo me da un PATATÚS. Si como algo grasoso como un pan con mantequilla me da PATATÚS. Si voy a tener un día tenso amanezco con todos los síntomas del PATATÚS.

Mi estómago se pone rígido, literalmente como tener el estómago hecho un nudo, me da dolor de cabeza, no siento que respire lo suficiente y me pongo lenta, muy lenta.

Hoy amanecí con esa sensación horrible, quise ganarle y me sobrepuse, pero a media mañana estaba a punto de vomitar, con esa sensación de que el estómago te da vueltas. Lo único que quería era tirarme a mi cama pero no podía.

En cuanto me convencí que no podría ir al trabajo, tuve que prepararme una sopa de dieta porque a pesar de todo yo siempre tengo apetito. Yo pienso que al comer se disuelve la bilis y uno mejora, así que tuve que hacer guardia hasta que estuvo listo mi almuerzo y recién después pude pegarme una siesta.

Al despertar seguía con el malestar, aun así tuve que hacer una gestión cerca a mi casa, pero tuve que renunciar a asistir a una celebración importante en mi trabajo. ¡No me daba el cuerpo!!

Cómo habré estado de aturdida que me olvidé de ir a pagar mis tarjetas de crédito que vencían hoy… ni modo. Cuando me di cuenta ya no lo podía hacer ni por internet.

Pienso en la razón del PATATÚS: ¿Mucho estrés?, ¿Mucho cansancio?, ¿Algo que comí?, ¿Algún colerón?, ¿Miedo a reencontrarme con la gente?? ¿O será que ya faltan solo 10 días para mi próximo control médico…? ¡No había pensado en eso…!

Estos ataques de pánico me hacen recordar al año 1997, luego de que me hicieran radioterapia por mi segundo episodio de cáncer. Fue la época más horrible de mi vida, me moría de miedo de morirme  y, por las noches, acostumbraba a imaginarme lo que sería la muerte, hasta que me convencí que la muerte sería algo agradable.

Realmente necesito tomarme un tiempo para poner mis ideas en orden y seguir mi recuperación aun no estoy lista para afrontar el estrés propio del trabajo, al menos no en las condiciones actuales. Estos últimos días varias personas me han recordado que no debo estresarme, y eso me estresa porque tengo muchas cosas que hacer contra el reloj. ¡Estoy atrapada en un estresante círculo vicioso!



Gracias, Señor por las vacaciones que aún me quedan porque no tomé a causa de la enfermedad. Ahora puedo aprovecharlas y recuperarme. Tú sabes que las necesito.