miércoles, 27 de febrero de 2013

Ayer, Dios me habló


Hace muchos años hago la novena del Divino Niño y siempre me ha dado buenos resultados. Mi socio Alex, siempre está haciendo esta novena por los más diversos motivos. Hace unos días me hizo recordar que la hiciera y me dio un tip: “pide por ti y por lo que le esté pasando a alguien más. Esa es la clave”.

Se trata de una novena muy particular porque le rezas al niño Jesús Niño y no te pide que seas un santo, ni te dice: “oh, no tu eres un pecador a ti no te toca mi ayuda…”. Lo que sí te pide es hacer algunas tareas como difundir la devoción al Divino Niño o donar dinero a quien lo necesite.
Como no estoy en mi casa no tenía la novena a la mano así que solo recé una que otra oración al Divino Niño. Ayer, por la mañana, cuando le di la buena noticia de mis plaquetas a mi tía, me dijo el milagro es del Divino Niño, Mi Divino Niño no me falla!! En este momento estoy de rodillas agradeciéndole, agregó.

Por la tarde, me reuní con mi socio Alex y camino a casa pasamos por una gasolinera. Mientras cargábamos combustible le comenté la grandeza del milagro.

                -“Tu novena al Divino Niño ha dado resultado y le expliqué que las plaquetas habían pasado de 56,000 a 370,000 en solo 4 días”.
                -¿Y tú la rezaste?- indagó.
                - No, porque no encontré mi novena- le contesté.
                -Mira ahí tengo un sobre blanco y hay dos novenas que son para Alexandra (una amiga en común), coge una.

Estaba concentrada en la  gran casualidad de que tuviera con él dos novenas y que yo podía quedarme con una, así me evitaba el viaje a la iglesia de Miraflores donde las venden, cuando alguien se acercó por la ventana del piloto.

                -Hola, soy Axel, yo vivo por aquí y vendo estas imágenes para ayudarme…

Ambos volteamos a verlo y no podíamos creerlo, el  chico nos estaba ofreciendo una pequeña imagen de vidrio que se iluminaba de diferentes colores… ¡Justamente del Divino Niño!!!
Por supuesto que compré la imagen el Divino Niño, mientras escuchaba que el chico me decía que podía pedir una docena con un buen descuento y escribía su celular en la cajita.
Alex y yo nos miramos  atónitos.

                -Así se manifiesta el Divino Niño- me dijo- Ahora tienes que hacer la novena en serio por ti y por alguien más, no lo olvides.

Hoy temprano empecé la novena, por mí y por muchas otras intenciones, porque cuando uno busca, encuentra los más diversos motivos para pedir.


Gracias, Señor por los milagros. Por la oportunidad de rezarte de diversas formas, por los rezos en cadena que resultan muy poderosos. ¡Gracias, Divino Niño!



martes, 26 de febrero de 2013

Médula milagrosa

Acabo de regresar de mi control con el oncólogo. Superé todas las expectativas. De 56,000 mis plaquetas subieron a 370,000 en solo 4 días.

El doctor dice que el descanso me ha ayudado bastante, pero no hay que quitarle méritos a la sopa de cuy (con su quinua y sus garbanzos), al hígado frito, al vaso, a las lentejitas, el batido de plátano con miel de abeja, algarrobina y huevo, la quinua-avena para el desayuno y la noche… en fin.

Agradezco a todos los que han rezado por mía a los que han hecho la novena del Divino Niño o cualquier otra, a quienes me han alentado de una y otra forma para que resista y me recupere.
Hoy estoy feliz por esta buena noticia y porque ya puedo mirarme en el espejo sin asustarme. En cuestión de tres días se me cayó el 95% de mi cabello.

Primero parecía Gollum (el duende de El señor de los anillos, inmediatamente me puse un gorro a pesar del calor veraniego. Esta mañana parecía cocoliso porque todavía me quedaban unos cuantos rulos en el cerquillo, pero entre el análisis y la hora de mi cita con el oncólogo pasé por la peluquería.
 
Ahora estoy feliz, sin cabello pero con mi nueva peluca. He tenido que improvisar, pero ha quedado bastante bien. En estos días debo preocuparme por sacar mi colección de aretes y pañuelos para sentirme más femenina, más yo misma.

 Señor, gracias, muchas gracias por este milagro de vida, gracias por mi médula que responde a las dietas nutritivas y se repone con el descanso. Bendice a todos los ángeles que me cuidan y me hacen sentir tan querida. No los menciono pero tú sabes de quienes te hablo.

domingo, 24 de febrero de 2013

Un pelo en la almohada


Un pelo en la almohada, luego otro en la tina, un manojo entre las hebras del cepillo. Muchos más en el suelo, sobre la ropa. Donde quiera que vaya dejo mi rastro de cabello. Mi nuevo cabello más ensortijado y suave que nunca me está abandonando.

Hace unos días – justo el día 15 del tratamiento- me brotó un dolor generalizado en el cuello cabelludo, se sentía como si todos los folículos pilosos se hubieran abierto. Yo supe que era la señal. El peinado ya no arma.

No he tenido fuerzas de ir a la peluquería, no he podido encargar una nueva peluca. Solo he rescatado algunos pañuelos y mi turbante.

Ayer la caída fue más dramática, ya se nota espacios vacíos en diferentes partes de mi cabeza. Me sigue doliendo el cuero cabelludo. Está inflamado.

Me habían dicho que con esta medicina no se me caería tanto el cabello. Craso error. Esta vez parece que se me caerá todo  y en pocos días.

Me divierto haciendo montículos con mis rizos caídos. Me paso la mano por la cabeza y formo estas bolas de pelo que se van sin despedirse. No me da pena. No me preocupo por la belleza perdida. La belleza no me preocupa hace muchos días. Me preocupa mi salud.

Al contrario de Sansón, yo lanzaré un grito de guerra en cuanto me quede totalmente calva y me cargaré de fuerza para luchar.

Estoy empezando una nueva etapa, la de la visibilidad. “Sí tengo cáncer ¿y qué? Tal vez tú tengas pero no lo sabes”. Eso le diré mentalmente a la gente que me mire en las calles. Si no es para sonreírme  darme aliento, mejor que no me miren.

Me doy cuenta que estoy más furiosa que nunca. No creo que sea por la pérdida de mi cabello. Solo estoy furiosa. Quiero llorar.


Gracias, Señor, por las lágrimas que se llevan las tristezas, gracias por la furia que al final se transforma en serenidad. Gracias porque sigo viva y con fuerzas para luchar.

viernes, 22 de febrero de 2013

Amo mi médula espinal


Hoy  fui a mi cita con el oncólogo, no fue necesario que me hicieran ninguna transfusión. Mis plaquetas habían subido de 37,000 a 53,000. “Tu médula está respondiendo bien”, concluyó mi doctor y se dispuso a hacer los cálculos necesarios para mi nuevo esquema de quimioterapia.

El mínimo de plaquetas para seguir el tratamiento es entre 110,000 - 100,000, por lo que el próximo martes me sacaré un nuevo hemograma y conteo de plaquetas. Si todo va bien, el miércoles empiezo mi segunda quimio.

Estoy segura que me va a ir bien. Con la nueva dieta nutritiva y las ayudas extras que recibo de mis ángeles aquí en la Tierra, mi médula se va a reponer al máximo!!


Gracias, Señor por este cuerpo milagroso, por esta médula trabajadora. Gracias por todas las bendiciones que recibo a cada momento en este difícil momento de mi vida.

jueves, 21 de febrero de 2013

¡En cuarentena!


Yo que quería aprovechar esta semana para hacer varias cosas, reunirme con amigos y ordenar mi vida antes de la siguiente quimio; y me doy con que tengo que guardar cama.

Mis leucocitos subieron a 7,500 gracias a las vacunas pero las plaquetas bajaron de 200,000 a 37,000. Eso quiere decir que estoy al límite de que pueda sangrar. Me explicó el doctor que las plaquetas son las que coagulan la sangre en caso de una herida y mi nivel es preocupante. Menos de 20,000 es ya muy peligroso, pueden darse hemorragias espontáneas.

Así que la orden es “Te vas a tu cama y te pones a leer o a ver TV, y si puedes que te lleven los alimentos a la cama”. Mañana me sacaran un nuevo análisis para ver si han subido las plaquetas, sino me tendrán que hacer una transfusión. Me explicaba el doctor que, antes, para hacerte una transfusión de plaquetas necesitabas como 10 donantes, pero que ahora basta con uno porque hay un sistema para multiplicarlas. Me sonó a ciencia ficción.

El doctor estaba preocupado de que no me golpeara con nada, así que no me atreví a  decirle que había ido manejando mi carro y que tendría que manejar con mucho cuidado de regreso a m casa.

Mientras venía conduciendo pensaba en los peligros del tráfico, en la vulnerabilidad de mi salud en este momento, en la gravedad de los efectos secundarios, en la ecuación costo-beneficio.

Mi familia se ha movilizado inmediatamente y ahora estoy bajo un régimen de alimentación híper nutritivo: Hoy tomaré sopa de cuy y de segundo lentejas con hígado frito.  He desayunado avena con quinua, un huevo pasado y juguito de papaya (¡por fin!!!!) Tantos días de dieta blanda (¡odio la sopita de pollo!) me debe haber debilitado.

Pero aquí estoy concentrada en mejorar mi salud para poder continuar el tratamiento, que ya me anunció mi oncólogo será más suave la próxima vez.


Señor, gracias, por los leucocitos que se recuperan rápidamente, gracias por mi hemoglobina que se defiende a pesar de las bombas, gracias por mis plaquetas que están luchando duro para cuidarme, aunque sean poquitas. Gracias por la fe que me da esperanzas y gracias por la ciencia que me brinda opciones (discutibles), pero opciones para sanarme.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Día 14 de mi primera quimio- Tercera Batalla


Hoy tengo control con mi oncólogo. Espero resolver muchas inquietudes.

·        ¿Estos malestares han sido porque mi cuerpo estaba aun recuperándose de la radioterapia o son producto de la Gemcitabina y el Doxatel?

·         Los días 3 y 4 fueron los peores, porque al parecer se pasa el efecto de los medicamentos preventivos y se me desató la diarrea. Y tener diarrea con un intestino que parece estar paralizado es muy doloroso. La sospecha de infección se debía a que con las heces botaba mucosidad, pero también es señal de que ya no hay más que botar. Me dieron antibióticos pero no los tomé. Yo estaba segura que no se trataba de una infección y quería evitar el dolor de estomago que producen las pastillas.

·         Dos días después del refuerzo, y uno después de recibir la primera vacuna de Filgrastin, el día 9, mi cuerpo hizo fiebre de 38 grados y el estómago se soltó (se pulverizó). Aunque la fiebre es un efecto secundario de las vacunas, surgió nuevamente la sospecha de infección  y he tomado ciprofloxacino de 500 mg dos veces al día durante cinco días. Esta vez no me salvé. Pero mi estómago siguió suelto todo el tiempo.

·         Si vamos a medir mi calendario en 3 semanas por ciclo y dos de esas semanas voy a estar con diarrea y dolor de estómago, tengo que pensarlo nuevamente. A veces me pregunto si mi cuerpo aguantará tanto deterioro. Nadie se preocupa de mi corazón, no me han hecho un riesgo cardíaco para ver si voy a resistir. Nadie me ha preparado emocionalmente para esto.

·         Ha habido días durante los cuales he sentido que he perdido todo el agua de mi organismo, se me ha secado no solo la garganta sino el paladar, la lengua, la campanilla. Aun recibiendo el suero esa sensación es horrible. Me dijeron que era efecto de la buscapina (intravenosa). Yo prefiero el dolor  de barriga, definitivamente.

Vamos a ver qué me dice hoy el oncólogo. ¿Cómo podemos hacer para mejorar este tratamiento?


Gracias, Señor, por los días buenos, por la salud plena, por la buena hidratación y por la buena digestión, que es clave en nuestra vida. Gracias por los ángeles que me acompañan, me hacen la dieta, me compran los medicamentos, me engríen y sobre todo, me suben la moral. Bendícelos con tu gracia.

jueves, 14 de febrero de 2013

Yo amo la vida


Hoy es 14 de febrero, Día de San Valentín y he decidido celebrar que estoy enamorada de la vida.

Hoy termina el ciclo de mi primer curso de quimioterapia de esta tercera batalla contra algunas células de mi cuerpo que ni siquiera sé si existen. Todo sea por la prevención.

Bueno aquí estoy lista para sacarle jugo a san Valentín, con el cuerpo bombardeado de Gemcitabina y Doxatel que me aplican en una primera sesión y un refuerzo siete días después.

Ayer me vio mi oncólogo, vio mis análisis, sonrió y dijo: “Has resistido el tratamiento…”. Efectivamente resistí al tratamiento con 48 horas diarrea continua y unos horribles dolores de estómago, una sesión extra de hidratación y un estado de laxitud abrumador. Mi hemoglobina ha bajado de 13.5 a 12.5, lo cual indica que soy una chica fuerte, pero mis leucocitos, que como mínimo deberían estar en 4,500 están en 2,500. Ahí comprendí por qué realmente me sentía tan cansada, al punto de no poder hablar.

Con tan pocos leucocitos, que son los glóbulos blancos que nos defienden de cualquier enfermedad, no puedo comer en la calle y debo cuidarme de no contagiarme de nada. Yo me había olvidado de esta precaución –la verdad no pensé que me bajarían tanto- y anteayer almorcé en un restaurante. Comí pulpo al olivo – juro que solo un bocadito- y un pescado a la plancha con arroz blanco. Después de tantos días de sopita de pollo, me di el gusto y felizmente sobreviví. Pero el doctor ya me jaló las orejas. Prometo portarme bien.

Pero a partir de mañana y durante cinco días me van a aplicar unas vacunas de Filgrastin, un producto que hará que mi médula produzca más glóbulos blancos y pueda sobrellevar la nueva baja de leucocitos del refuerzo.

En estos días he conversado con varios pacientes que son muy positivos y alegres. Se me ha ocurrido que debería formar un club de pacientes oncológicos, pero de aquellos que están enamorados de la vida y quieren tener una buena conversa, explorar los límites de lo permitido por nuestras dietas y que sobre todo quieran pasar un rato entre pares, sin preocuparte que estás con peluca o sin peluca, que pareces un robocop con el catéter, las mangueritas que te dejan de un día para otro o unos dosificadores que he visto que algunos deben llevar por varios días. 

Estoy segura que hay muchas cosas de las que no podemos hablar con nuestras familias ni amigos, pero si entre “colegas”. Me entusiasma la idea.

Ayer mientras me colocaban el refuerzo realmente sentí miedo, me preocupó mi fortaleza física, si resistiría o no. A una señora joven que estaba al frente mío le empezó a faltar el aire, decía que sentía como si tuviera algo atracado en su garganta y se veía muy mal. Incluso llegué a pensar que una de mis opciones era decir NO. Pero cuando terminé la sesión me sentía bastante bien y conversando con uno de los pacientes positivos me regresó la confianza.

Así que aquí estoy lista para vivir un día a la vez. Aprovechemos que es San Valentín.


Gracias, Señor por los días de sol, con ideas refrescantes y nuevos retos. Gracias por el ejército de ángeles que tienes en la Tierra y que aparecen cuando más los necesitamos. Gracias por la vida y las oportunidades de reír, soñar y amar.

miércoles, 6 de febrero de 2013

¡Diablo en Botella!!


Así me siento, luego de que me observaran la carta de garantía por segunda vez. Ayer debí empezar mi quimio y no fue posible, esperé todo el día la llamada de confirmación, en vano.

Me intriga cuál es el procedimiento para aprobar una carta de garantía, pero definitivamente algo  funciona muy mal. Cuando se trata de un paciente oncológico la duda prima sobre la confianza. No interesa si el paciente se atrasa en su tratamiento, lo que interesa es “tener la total seguridad de que no les están pasando un gasto que ellos (el seguro) no deberían cubrir al 100%”.

Si mi póliza me da derecho a recibir una cobertura al 100% por tratamiento oncológico y estoy en tratamiento (cubierto por ellos) hace más de un año por qué piden tantos informes médicos actualizados.

Me pregunto si creen que un paciente le pasa los medicamentos a otro que no tiene seguro, no sería entonces mejor establecer un procedimiento para verificar que es a mí a quien le ponen los medicamentos y no a otro paciente. Con exigir copia del DNI y tomarle una foto al paciente o establecer un control de huella digital o del iris ya estaríamos todos tranquilos.

Alguien tiene que quejarse, alguien tiene que tomar conciencia que hay un gran problema de desconfianza hacia el paciente y sus médicos, y alguien tiene que pensar en una verdadera solución. En mi historia personal, cada vez que he tenido que pedir una carta de garantía por enfermedad oncológica, esta ha sido rechazada.

¿Será un rechazo por defecto?? ¿Es una estrategia para filtrar a aquellas personas que no les gusta insistir? ¿Tienen demasiados casos y muy pocos médicos auditores? ¿No han capacitado bien a los médicos o centros médicos para que envíen la información necesaria en cada caso??

¿Les importa que los pacientes aumenten su estrés cuando deberían sentirse protegidos y seguros con una póliza de seguros oncológica? ¡¡Helloooo!!!!! ¿Hay alguien al otro lado de la línea escuchando???

Como le dije a la ejecutiva del seguro ayer: “Si yo no tuviera seguro ya habría empezado mi tratamiento, pero como tengo seguro estoy arriesgando mi vida porque no empiezo en la fecha porque aun no aprueban la carta de garantía. Eso no tiene ninguna lógica”. Además no me dejan pagar directamente porque no puede haber crédito y reembolso al mismo tiempo. “Tendrán que hacer una excepción, cuando son ellos los que no hacen bien su trabajo y me demoran el inicio del tratamiento”.

Lo peor de todo es que el centro médico en el que me trato ahora pertenece a la empresa de seguros ¡¿y no saben cómo presentar adecuadamente una solicitud de carta de garantía?!!

¿Quién defiende a los pacientes oncológicos en este país? Alguien lo sabe. ¿Algún congresista???
¿Alguna ONG? ¿El Chapulín colorado?

¡Voten por mí!!


Señor, gracias por  los problemas que nos hacen pensar en las soluciones. Gracias por las personas que han luchado antes y han conseguido que se nos concedan algunos derechos. Dales fuerzas y buen ánimo a los doctores que tienen que presentar un informe tras otro por el mismo paciente a la misma empresa de seguros para la cual trabajan. Dame fuerzas para ocuparme de estos asuntos importantes y aportar con un granito de arena. Un solo granito de arena puede hacer la diferencia.