Se pasaron 30 días desde mi “graduación” y no he hecho nada
en especial. Sigo tan convaleciente como antes. Yo había pensado recuperarme
más, físicamente, pero no ha sido demasiada la mejoría.
Lo que sí he empezado un tratamiento con unas gotas homeopáticas llamadas “drener”,
que han servido para limpiar mi hígado y mis riñones. Luego he concentrado mis
fuerzas en prepararme el extracto verde (acelga, perejil, brócoli y zanahoria)
para tomar en ayunas cada mañana.
A pesar de que mi ánimo estaba bien, optimista como siempre,
de rato en rato me sorprendía a mí misma chirriando mis dientes. Esta fue la
primera señal de que andaba tensa. Como decía mi abuelita “la procesión va por
dentro”. Y debe ser, porque la sorpresa de mi nerviosismo fue tal que me
parecía que la que chirriaba los dientes era otra persona, no yo.
El viernes 21 me tocó el control, del primer mes luego del
tratamiento. El doctor revisó mi análisis de sangre incluido el marcador Ca125
y las resonancias de abdomen y pelvis. Esta
vez yo no tuve tiempo de revisar los resultados de la resonancia. Supe por el
doctor que todo está bien, que el tratamiento ha dado resultado, pero que como
todo mi organismo está inflamado todavía, en un par de meses me van a sacar un
PET SCAN para obtener un resultado más definitivo. Mientras no me hagan el PET
SCAN yo aun no canto victoria (segunda señal).
Mis análisis de sangre han marcado 12.5 de hemoglobina y una
gran recuperación de plaquetas y de
leucocitos, pero hay algunos índices que están fuera del rango normal. Entre
ellos el colesterol, las transaminasas y la glucosa. Al doctor todo le pareció aceptable excepto la
glucosa y me ha mandado a repetir ese análisis en 10 días.
Respecto al peso, he aumento 7 kilos en estos cinco meses, así que me han derivado a una
nutricionista y me han recomendado que haga ejercicio. “Ahora sí ya puedes
hacer ejercicio”, dijo mi doctor.
Así que estoy tentada de tomar clases de natación y caminar.
Ambas actividades me ayudan a poner las ideas en orden (¡necesito sicólogo urgente!!) y son muy beneficiosas
para la salud.
Gracias, Señor, por
las buenas noticias, que aunque yo me muera de miedo, son buenas noticias. Dame
fuerzas para seguir adelante y aceptar que todo va bien.