lunes, 24 de junio de 2013

Chirriando los dientes

Se pasaron 30 días desde mi “graduación” y no he hecho nada en especial. Sigo tan convaleciente como antes. Yo había pensado recuperarme más, físicamente, pero no ha sido demasiada la mejoría.

Lo que sí he empezado un tratamiento  con unas gotas homeopáticas llamadas “drener”, que han servido para limpiar mi hígado y mis riñones. Luego he concentrado mis fuerzas en prepararme el extracto verde (acelga, perejil, brócoli y zanahoria) para tomar en ayunas cada mañana.

A pesar de que mi ánimo estaba bien, optimista como siempre, de rato en rato me sorprendía a mí misma chirriando mis dientes. Esta fue la primera señal de que andaba tensa. Como decía mi abuelita “la procesión va por dentro”. Y debe ser, porque la sorpresa de mi nerviosismo fue tal que me parecía que la que chirriaba los dientes era otra persona, no yo.

El viernes 21 me tocó el control, del primer mes luego del tratamiento. El doctor revisó mi análisis de sangre incluido el marcador Ca125 y las resonancias de abdomen y pelvis.  Esta vez yo no tuve tiempo de revisar los resultados de la resonancia. Supe por el doctor que todo está bien, que el tratamiento ha dado resultado, pero que como todo mi organismo está inflamado todavía, en un par de meses me van a sacar un PET SCAN para obtener un resultado más definitivo. Mientras no me hagan el PET SCAN yo aun no canto victoria (segunda señal).

Mis análisis de sangre han marcado 12.5 de hemoglobina y una gran recuperación de plaquetas  y de leucocitos, pero hay algunos índices que están fuera del rango normal. Entre ellos el colesterol, las transaminasas y la glucosa.  Al doctor todo le pareció aceptable excepto la glucosa y me ha mandado a repetir ese análisis en 10 días.

Respecto al peso, he aumento 7 kilos en estos  cinco meses, así que me han derivado a una nutricionista y me han recomendado que haga ejercicio. “Ahora sí ya puedes hacer ejercicio”, dijo mi doctor.

Así que estoy tentada de tomar clases de natación y caminar. Ambas actividades me ayudan a poner las ideas en orden (¡necesito  sicólogo urgente!!) y son muy beneficiosas para la salud.



Gracias, Señor, por las buenas noticias, que aunque yo me muera de miedo, son buenas noticias. Dame fuerzas para seguir adelante y aceptar que todo va bien.

sábado, 1 de junio de 2013

Recién graduada

El jueves pasado celebré mi “graduación”, es decir el fin de mi quimioterapia. Gracias al apoyo de mi hermana me animé a celebrarlo y realmente fue una buena idea.

Al terminar mi hidratación se reunieron en la sala de quimio todas las enfermeras y auxiliares, para brindar y compartir; hasta mi oncólogo llegó para la foto. Fue un momento emocionante porque, como dijo mi hermana, celebramos haber llegado a una meta: cumplir los seis ciclos de quimio. Algo que a mí me parecía muy difícil. También hablaron de la valentía que implicaba seguir el tratamiento y de mi alegría y buen ánimo en todo momento.

Estos discursos rompieron el hielo y al rato los ocho pacientes que estábamos en la sala estábamos charlando, compartiendo y riendo.

Cuando me despedí, me fui contenta de haber culminada esta etapa con éxito y  satisfecha porque los demás pacientes se quedaron más animados y motivados a seguir adelante. Una señora me dijo “eres la primera persona que conozco que ha terminado su tratamiento y está tan bien…” ese sí que fue un piropo.

La graduación es un acto simbólico, el proceso de la quimio sigue con sus efectos: la diarrea y el cansancio. Solo que como ya sé que es la última sesión, lo tomo con mayor naturalidad.

Ahora, empieza otra etapa. Debo concentrarme en recuperarme. Preocuparme un poco más por mi alimentación y hacer ejercicio. Poco a poco este primer mes hasta la cita del 21 de junio, en que me evaluarán con una resonancia magnética y análisis de sangre. Ese día confirmaremos que todo este esfuerzo ha valido la pena. De ahí en adelante ya será otra historia.




Señor, gracias por las celebraciones que nos levantan el ánimo y alientan el espíritu.