miércoles, 16 de octubre de 2013

Todo por un auto nuevo

Mi fiel carrito Daihatsu que me ha acompañado por largos ocho años, se transformó en un tanque o un buque a consecuencia de los efectos de la quimioterapia en mis músculos. De solo sacar el auto de la cochera me quedaba extenuada. Ni hablar lo que significaba manejar 40 minutos para ir a mi trabajo.

Felizmente, encontré un auto automático y con timón hidráulico que venía con muchas garantías, casi nuevo ¡Y qué diferencia!! Ahora ya no manejo, ahora me paseo por las calles de Lima, por más congestionado que esté el tránsito.

Pienso en lo afortunada que soy de haber encontrado un auto a mi alcance, que me ha devuelto la posibilidad de movilizarme sin que me duela nada cuando bajo del auto…

Calles de Lima, ahí voy. Paseos al campo,  ahí voy. Veranito en la playa, ahí voy!!!! Ya me veo por las pistas al volante de mi nuevo Aveo escuchando mi música favorita. ¡Esto sí es vida!!!


Señor, gracias por la posibilidad de renovar mi auto, gracias por ponerme este auto sanador en mi camino. Bendice a quien me lo vendió y a quien me compró el mío. ¡Estoy feliz!!