miércoles, 4 de junio de 2014

Bendita Adriamicina liposomal

El medicamento que me están poniendo como quimioterapia se llama Adriamicina liposomal, dicen que es una droga moderna, que produce menos estragos que otras. Con una gran sonrisa en los  labios mi oncólogo me advirtió: "No se te va a caer el pelo".

Digamos que eso de que no se te caerá el pelo es una razón de peso para sentirme más bendecida, pero al final es un detalle, porque aun si me quedara totalmente calva me habría hecho el tratamiento, eso ni dudarlo.Sin embargo me alegra que no se me caiga el pelo, sobre todo mis pestañas, que al cabo de un año recién han vuelto a su tamaño anterior.

Primera quimio-  7 de mayo: primer día, no sentí nada, segundo día, sentía una piedra atravesada en mi estómago pero estaba bien. Tercer día, la piedra amenazaba en convertirse en un tremendo estreñimiento.
Cuarto día: una diarrea me desatoró el intestino pero me llevó al baño durante todo el día, y además me brotó una erupción cutánea en el pallar de la oreja derecha. se trataba de un herpes. Eran miles de ampollitas que peleaban por poblar mi oreja. Y no solo era el problema estético sino el dolor del ganglio que está debajo del oído. El huésped se quedó como 10 días a pesar que tomé el antiviral y un antibiótico fuertísimo. Quinto día: Levanto mi brazo y veo una mancha morada en mi axila. ¡Carajo!! pensé muerta de pánico, ¿ahora qué??. La doctora de quimio me indica que solo es pigmentación, que también puede pasar en las palmas de las manos y en los pies. Me empeño en evitarlo... Felizmente que es invierno y nadie me ve mis axilas, bueno casi nadie...

Resultado: la quimio no te produce estragos directamente, pero si indirectamente.

Días después acudí a consulta con mi doctora bioenergética y cuál creen que fue su enfoque sobre el herpes??

-Estás botando la enfermedad. Es una buena señal, te estás limpiando.

Segunda quimio- 28 de mayo: primer día, todo ok, un poco de sueño. Segundo día: cansancio profundo a pesar de recibir hidratación y-ojo- el pallar de mi oreja se ha puesto colorado. El oncólogo me indica que le eche una crema y observemos. Tercer día: el cansancio es cada vez peor, no me quiero levantar de mi cama; cuarto día: sigue el cansancio y además descubro que mi oreja se ha hinchado y el ganglio también. Que tome el antiviral me indica el doctor. Me compro el más caro, el de marca para que funcione mejor.

Me dedico a descansar y  tomar mis medicamentos religiosamente, el herpes parece derrotado, pero mi estómago está gritando de dolor. Me alimento cual camionero para contrarrestar los efectos pero por lo visto no es suficiente. Llega el sexto día: me levanto tomo mi protector gástrico, de ahí mi extracto verde, de ahi mi jugo, mis vitaminas...cuando siento que no puedo más...El estómago se me voltea y devuelvo todo lo que he comido y tomado. Pienso "no tomaré una pastilla más" y así lo hago pero me he quedado sin protector gástrico y literalmente una tripa se está comiendo a la otra. Hoy es el séptimo día: por lo visto todo ha vuelto a la calma. No pastillas, no extractos, solo el protector gástrico. Y aquí estoy.

Resultado:Ya pasó una semana completa de mi segunda quimio y todavía estoy peleando con los supuestos no-estragos. Cambié de desodorante y ahora uso uno natural que no dura mucho y hay que volver a usarlo, pero el resultado ha sido el esperado, mis axilas se están despigmentando, prefiero estar apestosilla que con las axilas negras. Doy gracias a Dios, podría ser peor.

Hay una ilusión matemática que me sorprende:  J, mi novio,  insiste en que ya cumplí la tercera parte del tratamiento y que muy pronto ya habré cumplido la mitad y, claro, así de rápido ya habré concluido las 6 sesiones sin pestañar. Es verdad lo que dice, pero yo lo vivo en un universo paralelo, aquí el tiempo es un continuo que avanza lento, no se cancelan los días, van enlazados.

Tal vez otros pacientes de quimio coincidan conmigo. El tiempo no va igual que antes, va a otro ritmo. Serán las drogas, será el no estar en la cotidianidad, el tener esta sensación que te pierdes parte de la vida, que el mundo se detiene y no se detiene al mismo tiempo.

Hoy debo salir de este universo y volver a la normalidad para hacer un trabajo pendiente. Sé que será un esfuerzo sobrehumano, a pesar que es algo que me apasiona. Siento una pena terrible por no disfrutarlo como quisiera, pero hay una fecha que cumplir. Pienso en lo afortunada que soy de contar con descanso médico en mi trabajo en la universidad. Si tuviera el peso de las clases en mis hombros no  lograría levantarme de la cama. ¡Es una gran liberación!


Gracias, Señor, por esta quimio benigna, que ojalá arrase con todo lo que debe. Gracias, Señor por el herpes, entendido como una buena señal de curación. Gracias por las bendiciones que me das y dame fuerzas para disfrutar la vida mientras estoy aletargada por los efectos del tratamiento.