I
La semana pasada noté que mi peinado ya no se armaba,
recurría a mis viejos amigos los pañuelos, a mi boina y hasta a un nuevo
gorro-chalina que me regaló J.
Entre el fin de semana y hoy debo haber perdido el 70% de mi cabellera y tuve que
ponerme peluca después de tantos meses. Ya he pasado por esta situación antes, pero
ahora es diferente.
J me hace sentir bien a pesar de lo que cuento. “Tú eres más
que tu pelito”, me dice y yo no puedo dejar de enamorarme más de él. Todo lo
toma con tanta naturalidad y comprensión que me hace pensar que Dios me ha
premiado sin que yo sepa por qué.
II
Hace poco me advirtieron en mi trabajo que mi caso va a entrar
en evaluación por la junta de médicos de Essalud porque ya superé los días
máximos de subsidio por descanso médico. Eso quiere decir que van a evaluar si
lo mío es un tema de incapacidad temporal o permanente. Si fuera temporal
extienden mi subsidio, si fuera permanente me invitan al cese.
¿Cese? Pensé horrorizada, pero ahora que me he informado
mejor parece ser que el seguro que pagamos con la AFP podría cubrir las cuotas que me faltan hasta
cumplir 65 años y me jubilaría recibiendo el 70% de mi sueldo actual si la
incapacidad fuera permanente y 50% si fuera temporal.
Yo no sabía que el seguro de la AFP es para esto y que podría
haber recibido el 50% de mi sueldo por el tiempo que he estado enferma por
cuenta de la AFP, independientemente de mi subsidio de Essalud. Como todo esto
parece demasiado bueno, voy a ir el miércoles a una cita en la misma AFP para
salir de dudas.
Lo mejor de todo es que si me jubilo por incapacidad podría seguir
trabajando. Claro que la idea sería trabajar menos para tener más tiempo libre para
escribir.
A esto me refería en el último post. Dios se ha cansado de
insinuaciones y me está amenazando a través de Essalud. Lo único que me
preocupa es si podré mantener mi seguro que es a través de la EPS. Si alguien
sabe algo más al respecto por favor infórmenme.
Gracias, Señor, por hacerme sentir tan afortunada…