miércoles, 18 de febrero de 2015

Milagro de Navidad!!

Ayer (Esto lo escribí en diciembre pero se quedó en borrador) fui a mi control luego del tercer curso de la nueva quimioterapia. Muy buenas noticias!!! Los nódulos rebeldes han desaparecido totalmente, hasta la manchita en el hígado que parecía sospechosa. Ahora solo quedan unos ganglios inflamados que ya se han reducido bastante y están casi normales.

Es decir, la nueva quimio ha dado buenos resultados, pero el tratamiento continúa con tres cursos más de Avastín y gencitabina y, probablemente luego siga solo con Avastin, que es la medicina biológica.

La buena noticia me ha dejado laxada, me obliga replantear mi vida otra vez. Es horrible!
No quiero sonar malagradecida, pero no soy buena para enfrentar los cambios.

He postergado por dos meses la presentación de mi solicitud de invalidez a la AFP por miedo a que me dieran una invalidez permanente, pero ahora estoy decidida porque el pronóstico es mejor. Al menos eso pensaba yo hasta que mi propio médico me dijo que lo pensara bien porque a pesar de la mejoría siempre existía la posibilidad que me dieran una invalidez permanente, con lo que pasaría a ser pensionista.

No quiero pensar nada, no tengo cabeza para hacerlo...!!!

HASTA QUE ME ATREVÍ

Una cosa es vivir cada día y escribir sobre el último episodio de tu enfermedad. Otra es sentarte en frente de un médico auditor y contarle paso a paso la evolución de tu enfermedad en los últimos tres años.

Vaya de la actualidad hacia atrás, me dijo el doctor y así lo hice. Le conté que no trabajaba desde abril del a 2014, es decir, hace 10 meses. Que me habían operado de un tumor y que me habían hecho tres tipos diferentes de quimioterapia y que aun seguía en tratamiento. Cuando le relaté que en los dos años anteriores las quimios habían tenido éxito pero que esta última había sido el problema el doctor se fue haciendo una idea de mi caso.

Luego de saber en qué consistía mi trabajo y qué era lo que me impedía realizarlo (la fatiga) pasó a examinarme. Me preguntó si me habían encontrado agua en los pulmones, le expliqué que sí, que también habían encontrado unas adenopatías en la zona mamaria. Eso fue decisivo.

El doctor me miró a los ojos y me dijo “cualquiera que la ve cree que usted no tiene nada, pero con lo que me ha contado es suficiente”.

Imagino que con la frase “ya es suficiente” el doctor se refería a que tengo sobrados motivos para solicitar  que me den “Invalidez parcial o total, temporal o permanente”, con lo que ya me sentiré más libre, sin esa presión de regresar a dictar clases.

Tal vez debí empezar este trámite hace meses, pero no tenía la fuerza interna para afrontar estos interrogatorios. Sí ahora que sé que la enfermedad está cediendo, contar mi historia clínica me ha movido, estoy segura que no hubiera podido hacerlo si mi pronóstico era negativo.

Aun debo esperar por los resultados, esperar al veredicto que decidirá mi futuro laboral, pero siento que me he quitado un peso de encima.


Gracias, Señor por los seguros de invalidez, gracias por los médicos comprensivos que colocas en nuestro camino. Gracias por darme el valor para enfrentar estos trámites.