sábado, 21 de marzo de 2015

Un nuevo milagro

Quienes me siguen saben bien que estaba desaparecida. Desde que me dijeron que mi situación era complicada callé. Nunca me había sentido tan vulnerable como en ese momento. Y eso que ya he pasado varias situaciones difíciles.

Pero entre las situaciones difíciles hay que diferenciar las lesiones primarias, es decir cuando te descubren un nódulo o un tumor, te lo sacan y listo. Venga el tratamiento. Cosa distinta es que luego de que todo parezca indicar que está TODO BIEN, te descubran una recurrencia y al darte el tratamiento en vez de que desaparezca, aparecen nuevas lesiones e incluso adenopatías que son ganglios comprometidos.

Desde abril del año pasado en que me operaron de un tumor de endometrio en el colon, y vieron que me habían salido nuevos nódulos peritoneales, empezó mi tratamiento, dos veces tuvieron que cambiar las medicinas porque los resultados no eran los esperados. En el control del mes de setiembre el doctor habló de una “manchita” que le preocupaba en mi hígado, también se hablaba de adenopatías mamarias que, sospechosamente para mí, coincidieron con un dolor terrible en el omóplato derecho.

El doctor C, mi oncólogo, y su equipo optaron por darme una combinación de medicina biológica AVASTIN o Bevacizumab y Gemzar, una quimio tradicional. EL seguro (EPS PACIFICO) aprobó el tratamiento y yo empecé de nuevo. Confié. En diciembre, durante el chequeo de los tres meses ya se notaba una buena mejoría y ahora en marzo 2015 las lesiones ya no evidencian enfermedad, se trata solo de cicatrices que aparecen en la resonancia magnética.

Acudir a tu control al finalizar el tratamiento es un momento de gran tensión. Esta vez yo no quise celebrar el fin del tratamiento ni hablaba de ello. No quería pensar. Esperaba los resultados para poder planificar mi vida… si podría hacer planes o no. Aunque siempre es posible y necesario hacer planes, yo quería saber si tendría fuerzas para hacer lo que quiero hacer.

Días antes vomité, apreté los dientes mientras dormía, me contracturé la espalda, me volvieron los dolores de cabeza de tensión. Pero sobreviví a la “víspera del control”. Y todos mis temores se desvanecieron cuando el doctor dijo que  “habíamos aprobado el examen”, que eran buenas noticias, ¡las mejores noticias!!!

Siento que estoy en deuda con Dios, con la vida, pero sea justo o injusto que yo me recupere, es FENOMENAL!!! ¡Es MARAVILLOSO!! ¡Es UN MILAGRO!!! ¡UN NUEVO MILAGRO!!!!



Gracias, Señor, por los milagros. Gracias por los buenos médicos. Gracias por los ángeles que me envías para ayudarme a sobrellevar esta enfermedad.