lunes, 7 de septiembre de 2015

Pasó el susto!!!



Estar en casa después de 12 días en la clínica es como recaer en un remanso de paz.

Había estado gestando una infección subcutánea sin saberlo. Cuando se manifestó la fiebre y un dolor abdominal pensaron que se trataba de una infección urinaria pero tuve que esperar un día más para que me hicieran una ecografía. Ese fue el día más largo, me sentía pésima, yo solo quería que me internaran y me reanimaran de alguna manera. En cuanto el médico me vio y se enteró, que me había empezado a destilar materia de un espacio de mi cicatriz operatoria de hace más de un año, me enviaron a emergencia.

Análisis de todo tipo, resonancias, junta de médicos, antibióticos y más antibióticos.
Pasé de drogui permanente a más animada en unos tres días, cuando la fiebre se controló, entonces ya me sentí mejor.

Me sentía como secuestrada por la enfermedad y muy vulnerable.

La medicina biológica que me colocan en vez de quimioterapia, podía haber causado una fístula entre mi intestino y mi pared abdominal. Oh, no!! Septicemia!! Urgente una colonoscopía para cerrarle el conducto. Felizmente no se trató de eso, se trató de algo localizado que no merecía que me sometieran a ninguna intervención quirúrgica. Gracias a Dios!!!

Uno aprende muchas cosas en estos incidentes. De pronto te muestran tu realidad, tal cual. Sí, tengo un cáncer controlado, el AVASTIN, la medicina biológica maravillosa queme colocan impiden que los tumores generen tejidos y así los mantienen a raya, pero ¿qué pasa si necesitas una operación, un simple cortecito?? Hay que esperar cinco semanas para realizarla sin riesgos.

En estos días he pensado mucho, realmente mucho. Hay dos formas de luchar, he leío en un libro que me enviaron en pdf. Una es de forma pasiva, esperando la ayuda externa dela medicina – y no está mal-, la otra es desde dentro con mis fuerzas, mi energía ,mi determinación y, por supuesto, con la ayuda de Dios.