jueves, 22 de mayo de 2014

Tiempo de tempestades

Podría empezar este post diciendo que todo está bien como cuando me llaman por teléfono y digo que todo está OK.

Pero no tiene ningún sentido mentirle a mi blog.

Hasta la semana pasada, fecha en que fui al control post quimio con mi oncólogo, la mayor de mis preocupaciones era un herpes que me había salido en el pallar de la oreja derecha al cuarto día de la quimio.

La verdad es que me sentí vulnerable. Pensé que mis defensas estaban bajas y eso me aterró, pero los exámenes de sangre demostraron que estaba OK. Solo había que esperar que se pasara el virus, tomando antibióticos y un antiviral.

Todo iba bien, un poco incómoda con el herpes que persistía sin desaparecer hasta que recogí el informe médico que le había pedido al doc para mi trámite de subsidio, es decir el descanso médico. Ya en mi casa lo leí y me dio un colapso. La última línea concluía con "sospecha de metástasis hepática".

Fue tanto el nerviosismo que no supe qué hacer ni qué pensar. Esto fue el día lunes. En mi cita anterior el doctor me había pedido que le dejara las resonancias magnéticas que me había pedido para revisarlas con el cirujano. "Quiero confrontar los resultados con lo que ha visto el cirujano", me soltó tratando de no darle importancia, pero yo sabía que algo pasaba...

Me sentí engañada, me sentí ingenua, muy ingenua por creer que todo estaba bajo control. ¿Y si se tratará de un error? ¿Si alguien había hecho el informe y había colocado eso equivocadamente??

Pedí una copia de los informes de la resonancia magnética y lo descubrí. Me ha salido un nódulo en el hígado y tiene 2 cms. Este nódulo no estaba en marzo y solo han pasado dos meses.

No he querido hacer una escena histérica y me he negado a llamar a mi oncólogo y pedirle una explicación. Esperaré tranquila a mi cita de mañana  viernes por la mañana. Tal vez no esté en el hígado , tal vez solo esté por ahí como los otros que estuvieron ahí antes.

Pero cinco días son una eternidad . Hoy tuve que ir al piscina, nadé una hora sin pensar en nada, solo sintiendo el agua y su efecto sedante. Me he relajado sí, pero me encantaría tomar vino hasta perder el sentido y ahí sí olvidarme de todo.

Ayer no pude hacerlo porque hoy me hacia el análisis de sangre. Hoy tampoco podré porque sino mañana el hígado va a estar más grande de lo normal. Tendré que esperar al fin de semana.

¡Mierda!


Gracias, Señor, por los ángeles que me envías, por esas llamadas que llegan en el momento oportuno y me dan ánimo. Gracias Señor, por la vida, que hasta ahora puedo disfrutar. Gracias por mis médicos, que siguen luchando tanto como yo. Bendícelos, por favor.

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