Quienes me siguen saben bien que estaba desaparecida. Desde
que me dijeron que mi situación era complicada callé. Nunca me había sentido
tan vulnerable como en ese momento. Y eso que ya he pasado varias situaciones
difíciles.
Pero entre las situaciones difíciles hay que diferenciar las
lesiones primarias, es decir cuando te descubren un nódulo o un tumor, te lo
sacan y listo. Venga el tratamiento. Cosa distinta es que luego de que todo
parezca indicar que está TODO BIEN, te descubran una recurrencia y al darte el
tratamiento en vez de que desaparezca, aparecen nuevas lesiones e incluso
adenopatías que son ganglios comprometidos.
Desde abril del año pasado en que me operaron de un tumor de
endometrio en el colon, y vieron que me habían salido nuevos nódulos
peritoneales, empezó mi tratamiento, dos veces tuvieron que cambiar las
medicinas porque los resultados no eran los esperados. En el control del mes de
setiembre el doctor habló de una “manchita” que le preocupaba en mi hígado,
también se hablaba de adenopatías mamarias que, sospechosamente para mí,
coincidieron con un dolor terrible en el omóplato derecho.
El doctor C, mi oncólogo, y su equipo optaron por darme una
combinación de medicina biológica AVASTIN o Bevacizumab y Gemzar, una quimio
tradicional. EL seguro (EPS PACIFICO) aprobó el tratamiento y yo empecé de nuevo.
Confié. En diciembre, durante el chequeo de los tres meses ya se notaba una
buena mejoría y ahora en marzo 2015 las lesiones ya no evidencian enfermedad,
se trata solo de cicatrices que aparecen en la resonancia magnética.
Acudir a tu control al finalizar el tratamiento es un
momento de gran tensión. Esta vez yo no quise celebrar el fin del tratamiento
ni hablaba de ello. No quería pensar. Esperaba los resultados para poder
planificar mi vida… si podría hacer planes o no. Aunque siempre es posible y
necesario hacer planes, yo quería saber si tendría fuerzas para hacer lo que
quiero hacer.
Días antes vomité, apreté los dientes mientras dormía, me
contracturé la espalda, me volvieron los dolores de cabeza de tensión. Pero
sobreviví a la “víspera del control”. Y todos mis temores se desvanecieron
cuando el doctor dijo que “habíamos
aprobado el examen”, que eran buenas noticias, ¡las mejores noticias!!!
Siento que estoy en deuda con Dios, con la vida, pero sea
justo o injusto que yo me recupere, es FENOMENAL!!! ¡Es MARAVILLOSO!! ¡Es UN
MILAGRO!!! ¡UN NUEVO MILAGRO!!!!
Gracias, Señor, por
los milagros. Gracias por los buenos médicos. Gracias por los ángeles que me
envías para ayudarme a sobrellevar esta enfermedad.
¡¡¡Querida Miski!!! Valió la pena esperar a que termine tu silencio... me has regalado las mejores noticias. Te felicito de todo corazón y ahora espero poder verte pronto, para celebrar.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Gaby. Sí, tenemos que juntarnos para conversar....
ResponderEliminarGracias Gaby desde Uruguay!!! eres un ejemplo, soy profe de Biología y trabajando en modalidad de debate sobre salud, nos topamos con tu caso que motivo conocer los derechos que tenemos los ciudadanos, hemos leido todas tus luchas y lamentablemente muchos ciudadanos se cruzan de brazos cansados de esperar en un corredor de un Centro de Salud sin respuesta😞 te reitero eres ejemplo de VIDA arriba y espero te encuentres bien, abrazo desde Uruguay
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