domingo, 2 de septiembre de 2012

La realidad golpea


Luego de ocho meses de estar entregada a sanarme, he vuelto al ruedo. 

Como trabajo en una universidad dictando clases, empecé a ir una semana antes del inicio del semestre, para acostumbrarme. 

Al principio todo parecía ir bien, hasta que me di cuenta que no me podría ir temprano a casa, porque habían muchas cosas acumuladas en mis meses de ausencia. Quise quedarme hasta tarde para no ir todos los días, pero el problema que encontré es que no hay comida saludable para tomar un loche vegetariano. Todos los sándwiches tienen jamón, o queso o harta mayonesa.

De todas maneras me he quedado hasta tarde pero ahora llevo mi lonchera para la media mañana, el almuerzo y el lonche. Realmente es todo un esfuerzo prepararla y cargarla. Como llevo envases de vidrio en vez de plástico, ya el hombro se me descuelga.

Pero aquí estoy tratando de bajar el ritmo y controlar a quienes me presionan a hacer más de lo que debería. Una cosa es dar una mano, colaborar, otra es tomar toda la responsabilidad… pero a veces es necesario. Me doy cuenta que necesito trabajar mucho el autocontrol para no caer en el stress de siempre, perdón, de antes..

Cuando dicto clases estoy con mi peluca, pero en la tranquilidad de mi oficina me la quito y me pongo un pañuelo. A estas alturas ya no me importa si la gente habla de mí. En todo caso hablarán de “lo que pasó” o de “lo que ya superé”. Ahora que sé que he pasado mi control estoy más fuerte, así me digan que alguien dijo “que estaba cagada” ya no me afecta, me da risa.

El viernes me quedé en casa, a pesar que me parecía que debía ir a trabajar. Opté por monitorear desde lejos, logré descansar. El cuerpo me lo pedía. He comido sano y rico.

El lunes que se vislumbraba lejano ya llega. Me dispongo a reunir la energía que necesito para dictar clase y no morir en el intento…

Señor, te doy gracias por la energía renovable de este cuerpo autosustentable. Con la ayuda de mis médicos y el empeño que le ponemos todos en mi familia para comer bien, dentro de mi dieta vegetariana y , además, baja de grasas, estoy saliendo adelante. Sé que tú estás detrás de mi fuerza de voluntad porque sola yo no podría.

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