Dicen que la tercera es la vencida. Espero que así sea, esta
es la tercera vez que recibo seis cursos de quimioterapia, como tratamiento.
Pienso en lo fuerte que es mi cuerpo para soportar tanto químico y en mi propia
fortaleza espiritual para seguir la terapia.
Sé que no estoy sola en esta prueba, tengo mucha gente a mí alrededor
apoyándome. Desde buenos deseos, rezos hasta envío de energías en el plano
astral, hasta la mano de Dios interviniendo a mí favor. Yo lo siento, es la
única explicación para la buena respuesta de mi organismo ante el Docetaxel y
la Gembcitabina.
Hoy he empezado mi sexto curso de quimio, mañana me pondrán
suero y medicamentos para la hidratación, pasado mañana también. También
recibiré cinco vacunas de Filgastrín para ayudar a mi médula a producir y
reponer los leucocitos y el próximo miércoles, me administrarán el refuerzo de
la quimio, una dosis adicional, seguida de un día más de hidratación. Ese día habré
concluido mi tratamiento y, siguiendo la tradición de Oncocare (ahora Clínica
Aliada contra el Cáncer) debo llevar bocaditos y una torta para celebrar mi
graduación.
Yo no ando de muchos ánimos celebratorios en este momento
pero creo que debo hacerlo porque celebrar ayuda, me ayuda a mí y a los demás
pacientes (es decir, a la promo).
Mucha gente, entre ellos mi oncólogo, creen que la gente que se aventura a seguir tratamientos
alternativos como comer gorgojos por ejemplo, lo hace por desesperación. ¿Tú comerías gorgojos vivos? me preguntó
en una oportunidad como diciendo estarías tan desesperada para hacer eso… Yo
solo sonreí pero por dentro pensaba Estoy
tan desesperada por curarme del cáncer que me voy a someter a una quimio por
tercera vez en mi vida y solo porque me dicen que me ayudaría a evitar la
aparición de cualquier nuevo nódulo.
Yo no he estado nunca en un caso muy grave (bueno la segunda
vez que me pusieron radioterapia, tal vez sí) pero con las quimios siempre ha
sido por precaución, para evitar… como me dicen ahora. El año pasado sí fue
para desaparecer los pequeños nódulos peritoneales, pero parecía algo fácil de lograr.
Pero a los seis meses aparecieron estos últimos dos. A los que les han dado radio y ahora quimio.
Ya están casi desaparecidos pero seguimos con el tratamiento para no arriesgar…
Yo podría haber dicho
¡Ya, no!. Hasta aquí nomás, pero soy
una persona persistente. Si me he decidió por este tratamiento lo hago
completo, aunque tenga que permanecer en cama descansando por falta de
energías.
En mi opinión, estoy tan desesperada por curarme o más que
aquel que opta por comer gorgojos vivos.
El doctor se olvida que la quimio también es una apuesta, aunque más
científica debemos reconocerlo, pero totalmente dañina para mi organismo y que
implica un enorme sacrificio.
Pero mientras haya vida, hay posibilidades de mejorar la
calidad de vida. Apenas termine mi tratamiento empezaré a purificarme. Ahí sí
cuidaré mi alimentación, tomaré mis extractos de fruta y vegetales y retomaré
las hierbas chinas. Por ahora mis prioridades son estar fuerte y sana para
culminar mi sexta sesión de quimioterapia.
Gracias Señor, por tu
gran apoyo y el de tus ángeles aquí en la tierra. Bendice a mis médicos y a
todo el equipo que interviene en mi tratamiento. Dale ánimo, fortaleza y
esperanza a mis compañeros de promo para que pronto también ellos estén celebrando
su fiesta de graduación.