miércoles, 25 de abril de 2012

Mi sexta quimioterapia, 18 años después


Ayer me reencontré con mi dosis de Cisplatino y Paclitaxel en mi sexta y última sesión de quimioterapia  -eso espero-.  Apenas me recliné en el sillón el sueño se apoderó de mí. Fue un sueño sanador,  no me despertaba ni cuando me cambiaban las conexiones de las sondas. Yo estaba literalmente en otro mundo. Soñaba y soñaba, hasta creo haber tenido una pesadilla.

Puede que me hayan puesto un poco de Diazepán, pero yo me dormí mucho antes. Tal vez porque últimamente he tenido insomnio. Me despierto a eso de las 4 am y tengo ganas de leer, de avanzar cosas… Me da mucha ansiedad saber que mi vida se paralizará por unos 10 ó 15 días. La incertidumbre de saber si tendré fuerzas o no me consume y yo casi ni me defiendo.

Hoy iré a mi última sesión de hidratación. Llevaré una torta de agradecimiento para todo el equipo de enfermeras, asistentes y demás. Hasta detalles simples como este se complican. Quisiera llevar una saludable torta de zanahoria de La Baguette pero por tiempos y fuerzas tendré que ir a un supermercado que está por el camino, pero no creo que haya nada saludable…

Tengo apuro de llegar temprano para salir antes del mediodía. Resulta que esta tarde vendrá a visitar mi casa la imagen de la Virgen de Fátima viajera. Este es un privilegio, que increíblemente se repite por segunda vez. La primera vez que vino la Virgen a mi casa fue en mi cumpleaños hace 12 años.  En esta ocasión la Virgen viene justo el día en que finalizo mi tratamiento y un día antes de mi cumpleaños número 50.  Esta sincronización se la atribuyo a mi abuelita Catita y a mi mamá, mis ángeles amorosas. Y seguro que también por ahí anda metida mi prima Adita, de quien me despedí justamente un 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima; 6 días antes de morir de cáncer.

Ustedes pensarán que hicimos algún trámite, pero no. Recibimos una llamada de los Hermanos que se conocen como Heraldos de la Virgen de Fátima y dijeron que nos iban a venir a visitar el 25 de abril y que nos preparáramos.

La sincronización tiene otro matiz digno de reflexionar. En mayo tengo pensado irme a vivir a mi propio departamento, me estaré mudando luego de casi 18 años de compartir casa con mi tía, la hermana de mi mamá y ella está bastante afectada por esta situación. La visita de la tarde es providencial, no me queda duda.

Mañana, 26 de abril, iniciaré una nueva etapa de mi vida como “Señora de las  cinco décadas”, aunque todavía no me podré mudar, siento que recuperaré un estado de independencia al que había renunciado por diversas razones: económicas, de salud, de comodidad, de gratitud, en fin. Cuando uno pestañea ya se pasaron 18 años…

Me da ilusión volver a tener mi casa y mi estudio en un solo lugar. Ya no tendré pretextos para  no escribir todo lo que yo quisiera. Pero me abordan tremendos temores: ¿entrarán todos mis libros?, ¿alcanzarán las paredes para colocar todos mis cuadros y afiches?, ¿podré contar con un tocador para peinarme y maquillarme cómodamente?

Cuando entré al depa por primera vez una voz interior me dijo “yo podría vivir aquí”, así supe que era la elección correcta. Mientras estaba ahí me imaginaba a mi misma sentada escribiendo frente a las únicas dos ventanas mirando el jardín, pero ahora que han llevado los muebles, esta imagen no me queda muy clara. Démosle tiempo al tiempo para resolver las inquietudes que me atormentan hoy en día.

Solo deseo recuperar mis energías rápidamente y poder entretenerme avanzando la decoración del depa o la mudanza antes del 18 de mayo, fecha en que iré a mi próxima consulta con mi oncólogo con los resultados de la resonancia magnética para revisar el éxito del tratamiento. Frente  a esta incertidumbre, cumplir 50 años no es nada.


Gracias, Señor, por la sincronizaciones que colocas en mi camino. Bendice a todas las personas que rezan e interceden por mí, porque está humilde servidora, no es muy dada a los rezos. Aunque ya voy en la tercera novena al Divino Niño, es decir a ti cuando eras chiquito, no siempre puedo hacer las tareas del día, pero lo haré en cuanto me sea posible.

“¡Oh, Divino Niño, mi Dios y Señor
Tú serás el dueño de mi corazón!”

5 comentarios:

  1. ¡Muy bien, Miski! La visita santa es una prueba de las oraciones de tus amigos y también de tu condición de alma bendecida por el Niño, tu Niño.

    ResponderEliminar
  2. Miski...un abrazo a la distancia. Hay eventos providenciales y si pues a veces la vida nos mezcla todo en un momento...mucha fuerza animo y a seguir para adelante y ganarle tiempo al tiempo....

    ResponderEliminar
  3. Me encantó el detalle de la torta para los que te han acompañado. El sábado recordaba tu ejemplo que más que "enfrentar la enfermedad" es un "enseñarnos a vivir" a los que te seguimos de más cerca o más lejos. Un abrazo....

    ResponderEliminar
  4. Cumplir 50 no es facil para nadie ja ja pero en tu caso es especial porque eres nuestro ejemplo.
    La visita de la virgen no son casualidades es que muchos estamos orando por ti y no solo los de arriba sino tambien los qu estamos acá abajo. Recuperate pronto para celebrar los 50 y hacer el open house. Te queremos FELIZ CUMPLEAÑOS hoy 26 de abril

    ResponderEliminar
  5. Gracias, por sus comentarios y saludos. La visita de la Virgen fue muy reconfortante. Gracias también por sus oraciones. Yo me concentraré en ponerme bien para celebrar los 50 o "sin cuenta".

    ResponderEliminar