Yo que quería aprovechar esta semana para hacer varias
cosas, reunirme con amigos y ordenar mi vida antes de la siguiente quimio; y me
doy con que tengo que guardar cama.
Mis leucocitos subieron a 7,500 gracias a las vacunas pero
las plaquetas bajaron de 200,000 a 37,000. Eso quiere decir que estoy al límite
de que pueda sangrar. Me explicó el doctor que las plaquetas son las que
coagulan la sangre en caso de una herida y mi nivel es preocupante. Menos de
20,000 es ya muy peligroso, pueden darse hemorragias espontáneas.
Así que la orden es “Te vas a tu cama y te pones a leer o a
ver TV, y si puedes que te lleven los alimentos a la cama”. Mañana me sacaran
un nuevo análisis para ver si han subido las plaquetas, sino me tendrán que
hacer una transfusión. Me explicaba el doctor que, antes, para hacerte una
transfusión de plaquetas necesitabas como 10 donantes, pero que ahora basta con
uno porque hay un sistema para multiplicarlas. Me sonó a ciencia ficción.
El doctor estaba preocupado de que no me golpeara con nada,
así que no me atreví a decirle que había
ido manejando mi carro y que tendría que manejar con mucho cuidado de regreso a
m casa.
Mientras venía conduciendo pensaba en los peligros del
tráfico, en la vulnerabilidad de mi salud en este momento, en la gravedad de
los efectos secundarios, en la ecuación costo-beneficio.
Mi familia se ha movilizado inmediatamente y ahora estoy
bajo un régimen de alimentación híper nutritivo: Hoy tomaré sopa de cuy y de
segundo lentejas con hígado frito. He
desayunado avena con quinua, un huevo pasado y juguito de papaya (¡por fin!!!!)
Tantos días de dieta blanda (¡odio la sopita de pollo!) me debe haber
debilitado.
Pero aquí estoy concentrada en mejorar mi salud para poder
continuar el tratamiento, que ya me anunció mi oncólogo será más suave la
próxima vez.
Señor, gracias, por
los leucocitos que se recuperan rápidamente, gracias por mi hemoglobina que se
defiende a pesar de las bombas, gracias por mis plaquetas que están luchando
duro para cuidarme, aunque sean poquitas. Gracias por la fe que me da
esperanzas y gracias por la ciencia que me brinda opciones (discutibles), pero
opciones para sanarme.
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