viernes, 13 de enero de 2012

Mi primera quimio, 18 años después


Mi primer día de quimioterapia de este tercer round contra el cáncer fue ayer, en una fecha cabalística 12-01-2012. Puedo tomarlo como una buena señal. Hoy es 13 de enero, son las 5.19 am y me desperté con la determinación de abrir mi blog y contar mi historia.

Desde el lunes me estoy dando unos Baños de Florecimiento, cada día tienen un objetivo especial: los primeros días son de limpias, el tercero te levanta las energías y el de ayer “me preparaba la psiquis y la intuición para la visualización de exitosos proyectos”. Yo había puesto todo de mi parte pero el agotamiento que tenía durante el baño no logaba pensar en  proyectos más allá de salir de la tina porque me dolían las articulaciones de la cadera. Pero, aquí estoy embalada, empezando un nuevo proyecto llena de energía.

 El 15 de diciembre fui a mi ginecólogo oncólogo a consultarle por  un dolorcito que me molestaba mucho y que nadie (me refiero a ningún médico de medicina general) lograba decirme de qué se trataba. Él no se hizo mayor problema y me pidió una resonancia magnética (RMC). Cinco días después ya tenía el resultado y la sentencia. Debían operarme para retirarme unos nódulos peritoneales que estaban ubicados sobre el hígado (fuera de él por suerte) y que seguro eran la causa de mi dolor.

Una de las buenas noticias era que yo no estaba loca y que sí había algo que me producía el dolor. Pensé inmediatamente en ir a la Clínica Internacional a mostrarles mis resultados y decirles que dejaran de ser tan brutos. Yo había acudido a doctor de medicina interna a contarle mi caso, después de pedirme una radiografía de la parrilla costal para comprobar si tenía alguna costilla rota (sin que yo me hubiera golpeado), me dijo: Señora, usted solo tiene una inflamación de los cartílagos de las costillas esos le pasa en mayor medida a las mujeres que a los hombres, no se sabe por qué, así que no hay nada más que decir. Si le duele cuando hace ejercicio, deje de hacer ejercicio. Y ante mi cara de que  esa respuesta no me convence, agregó: Si usted piensa que tiene algo relacionado a sus antecedentes, déjeme decirle que de haber tenido una metástasis usted ya estaría MUERTA hace tiempo. La indignación que me provocaron sus palabras no cabe en estas páginas. Estaba claro, que el doctor tenía prisa, que yo le parecía una paciente hipocondríaca y que no me creía ni le interesaba mi caso. Un día de estos lo buscaré para decirle que debe ver más seguido al Dr. House y entender que el diagnóstico no puede quedar en dudas sino en certezas.

La otra buena noticia fue que la operación sería laparoscópica. La noticia amenazadora era que según la RMC parecía que los nódulos tenían actividad (es decir podían ser cancerosos).

A vísperas de la Navidad fui a visitar a mi nuevo oncólogo porque mi antiguo oncólogo, que es una eminencia, acababa de retirarse hace un año. El doctor coincidió en que no me salvaba de la operación, absolvió todas mis dudas y temores y nos despedimos deseándonos ¡Felices Fiestas!

El 28 de diciembre me operaron, sin complicaciones. Al despertar el doctor me dio la noticia de un solo queco: Te hemos extraído un nódulo, el más grande que debe ser el que te producía el dolor. Por la forma, ubicación y demás parece cáncer de ovario, también hemos encontrado  otros nódulos más pequeños, pero los he dejado ahí porque con la QUIMIO se desaparecen, ¡para qué maltratarte más…! y continuó diciendo: Esta noche te quedas y mañana te damos de alta… pero yo casi ni le escuchaba.

Los resultados de la patología no fueron claros: metástasis de adenocarcinoma, pero de qué adenocarcinoma: ¿De ovario? ¿De endometrio? ¿O de un tercer cáncer? Al final resulto ser cáncer de ovario y con esa certeza iniciamos.

Dios bendiga esta sustancia (tóxica, vilipendiada, temida…) que ahora corre por mi venas porque estoy segura que atacarán con fuerzas a las células enfermas y restablecerán mi salud.

Hola, Carboplatino. Hola, Paclitaxel. Bienvenidos a mi torrente sanguíneo, hagan su trabajo y yo haré el mío.

4 comentarios:

  1. Con un doctor como ese no hacen falta enfermedades para sentirse mal!!! grrrrrrrrrr!!! con esa vocación de servicio.. mejor hubiera elegido otra profesión!!!

    peroo bueno a palabras necias oídos sordos!!! aunque por solidaridad con sus pacientes, creo que no sería mala idea ir a restregarle su equivocación en la cara... haber si así la próxima vez controla su pedantería y se preocupa un poco más antes de dar un diagnóstico!!!

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  2. Ganas no me faltan, tal vez sí un poco de fuerzas... pero está en mi agenda.

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  3. Hay médicos que no nacieron para serlo y que, lamentablemente, existen. Pero existen pacientes, que además de cumplir cabalmente con el significado del "nombre" que le dan, tienen más neuronas que esos hijos de Hipócrates con juramento y todo incluido.
    Lo importante es no hacerse mala sangre, número uno, y dos, vivir intensamente sacándole el jugo a cada segundo del tiempo que estamos acá.
    Que en tu agenda figuren citas más importantes que tratar de medirte con alguien o algo que no valga la pena.
    Besos.

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  4. Sabias palabras. Ahora necesito concentrarme más en lo bueno que en lo malo, pero...

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