lunes, 30 de enero de 2012

Encarar la enfermedad

Desde el jueves pasado, a 15 días de mi primera sesión de quimio, el pelo se me está cayendo dejando a mis pies una alfombra de cabellos.

Como ya he pasado por esto antes, me corté el pelo chiquito, a lo Halle Berry, y he estado usando un pañuelito a modo de vincha para que la gente se vaya acostumbrando a mi nuevo look. Todos creen que me ha dado un ataque de coquetería porque aún tengo cabello y no estoy ni pálida ni amarilla.

Yo nunca tuve mucho pelo, es más siempre se me ha hecho un hueco en la raya del pelo y ese es mi punto débil. Sin embargo, hace 18 años mis pocos pelos fueron leales y no se me cayeron del  todo. Contra todo pronóstico mi cabellera se enraleció pero con un pañuelito era totalmente manejable. Esta vez me han puesto otro producto y aunque aun no tengo ningún hueco, hay peligro inminente de quedarme pelada.

El sábado llevé una peluca que me han regalado al salón donde me atiendo. Me la puse, me hicieron un corte para que se adapte a mi estilo y la dejé para que le cambien el color. Mañana la voy a recoger y tal vez salga de la peluquería con mi nueva cabellera. Será la primera vez que entre con el cabello corto y salga con el cabello más largo.

Entre tantos afanes, le contaba a mi hermana mis avances con la peluca, cuando mi sobrina de 13 años intervino: “No, tía, no. No te pongas peluca”. “¿Por qué no, si me voy a  quedar calva?” “No tía, es horrible”. Luego de reírnos y tratar de explicarle que estaba con un tratamiento que iba a hacer que se me cayera todo el pelo -pero que luego me iba a volver a crecer- ella interpretó que me estaba haciendo un tratamiento para que me saliera más pelo y me habló de unos tratamientos con lociones que no eran tan radicales.

¿Cómo decirle que el tratamiento no era un asunto capilar? ¿Cómo decirle que el tratamiento es porque tengo cáncer? ¿Cómo hacer que lo tome con naturalidad? ¿Cómo decírmelo a mí misma, primero? ¡Esa es la verdadera cuestión! ¿Cómo asumirlo con naturalidad? y ¿cómo contarlo a los demás sin quebrarme?

Al revés que Sansón, voy a perder la cabellera pero tengo que ganar fortaleza. Si artistas como Cher han aguantado tantas operaciones para estar REGIAS, yo puedo aguantar este pequeño trance para estar SANA.

Dios mío dame fuerzas para enfrentar mi nueva imagen en el espejo. Para seguir sintiéndome yo, y no perder la sonrisa. Bendice a Olimpia, mi peluquera, que con tanto cariño  se ha puesto a desenredar la peluca, a enseñarme como peinarla y que me ha ofrecido agregarle unos elásticos para que me den la seguridad de que no se me va a mover, si es que me quedo totalmente sin pelo. Bendice a mis amigas que me llaman y me dan aliento y que, sobretodo, se ponen a mi disposición para lo que necesite. ¡Cuídalas mucho!!

2 comentarios:

  1. Tus pensamientos están con nosotros.
    Nuestra oraciones familiares están contigo.
    ¡Un abrazo y otro más!

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  2. Víctor:

    ¡Qué reconfortante es saber que hay gente fabulosa como tú y tu familia que no solo me leen sino que además rezan por mi y me envían cariños!! Me siento muy afortunada.

    Sinceramente, gracias.

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